En un estudio del cerebro de Einstein, el neurocientífico Britt Anderson descubrió que en algunas regiones de la corteza anterior cerebral estaban apisonadas de forma poco usual lo que podía explicar el nivel de inteligencia de Einstein durante su vida. Sandra Witelson, la rival de Anderson sugirió que ese lado de la corteza cerebral se creía que era el centro del pensamiento matemático y que en Einstein estaba muy desarrollado.